December 28, 2024

El Calentamiento Global Antropogénico y su Impacto en Puerto Rico: Una Perspectiva Integrada

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Si recientemente ha percibido cambios drásticos en las temperaturas locales, no está solo; este fenómeno es un reflejo de una tendencia global identificada por expertos como calentamiento global antropogénico. Durante los últimos veinte años, se han emitido múltiples advertencias sobre este grave problema a través de medios digitales y tradicionales, muchas de las cuales han pintado escenarios casi apocalípticos.

Es por ello que la conciencia sobre el calentamiento global y su impacto, ha evolucionado gradualmente a lo largo de las décadas, con contribuciones significativas de la ciencia, la política y la cultura popular que han ayudado a dar de alguna forma, la comprensión pública y respuesta a este desafío global. El interés científico en el efecto de los gases de efecto invernadero en la temperatura de la Tierra se remonta al siglo XIX. En 1896, el científico sueco Svante Arrhenius publicó uno de los primeros estudios que sugería que las emisiones de dióxido de carbono (CO2) producidas por la quema de combustibles fósiles podrían aumentar la temperatura global, lo que ahora entendemos como calentamiento global. Sin embargo, no fue sino hasta la segunda mitad del siglo XX que la comunidad científica y la sociedad en general comenzaron a tomar conciencia del calentamiento global como un problema ambiental crítico.

El tema de la capa de ozono, aunque relacionado con el cambio climático, se centra en un problema diferente: la degradación de la capa de ozono en la estratosfera, principalmente debido a los clorofluorocarbonos (CFCs). La preocupación por este tema se intensificó en la década de 1980, con el descubrimiento del “agujero” en la capa de ozono sobre la Antártida. Este problema captó la atención pública y llevó al Protocolo de Montreal en 1987, un acuerdo internacional para eliminar la producción de sustancias que agotan la capa de ozono.

La preocupación por el calentamiento global antropogénico ganó un impulso significativo en la opinión pública y política a partir de la década de 1980 y principios de los 90, especialmente con la creación del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) en 1988. Este organismo fue establecido por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) para evaluar la ciencia relacionada con el cambio climático.

El documental de Al Gore, “Una verdad incómoda” (2006), jugó un papel crucial en la divulgación del calentamiento global al público general, elevando la conciencia sobre el cambio climático y fomentando el debate público y político sobre este tema. Aunque el calentamiento global ya era un tema de preocupación y debate antes de la publicación de este documental, el trabajo de Gore ayudó a popularizar la urgencia y la importancia de abordar el cambio climático a nivel global.

Dicho esto, la conciencia sobre el calentamiento global ha sido el resultado de décadas de investigación científica y esfuerzos de divulgación. La cuestión ha ganado prominencia gradualmente, con contribuciones significativas de eventos científicos, políticos y culturales que han ayudado a modelar la comprensión y respuesta global a este desafío.

El calentamiento global y su impacto

El calentamiento global antropogénico se refiere al aumento de la temperatura de la atmósfera terrestre y de los océanos provocado por actividades humanas, especialmente la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) como el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4), el óxido nitroso (N2O) y los clorofluorocarbonos (CFCs). Estos gases se generan a través de diversos procesos, incluyendo la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural) para la generación de energía, el transporte, la industria, y la deforestación, entre otros.

Los gases de efecto invernadero se acumulan en la atmósfera y atrapan el calor del sol, impidiendo que este escape de vuelta al espacio. Este fenómeno es natural y necesario para mantener la temperatura del planeta en niveles habitables; sin embargo, la concentración excesiva de estos gases, resultado de las actividades humanas, ha intensificado el efecto invernadero, llevando a un aumento de la temperatura global, cambios en los patrones climáticos, el derretimiento de los hielos polares y glaciares, el aumento del nivel del mar y la alteración de ecosistemas, entre otras consecuencias.

El calentamiento global antropogénico es una preocupación central en el ámbito de la ciencia climática y ha motivado la acción internacional para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar sus efectos, como se evidencia en acuerdos globales como el Protocolo de Kioto y el Acuerdo de París bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).

En el contexto de Puerto Rico
Este fenómeno, originado por la intervención humana, ejerce un impacto significativo en los sistemas climáticos a nivel mundial. Su influencia se extiende más allá de la alteración de los patrones climáticos, afectando la biodiversidad, los ecosistemas y, consecuentemente, a las comunidades humanas. En Puerto Rico, este problema se evidencia mediante variaciones extremas en las temperaturas, el aumento en la incidencia de eventos climáticos severos y una notable influencia en el crecimiento económico y social de la isla. La relación entre el incremento de la temperatura global y los aspectos socioeconómicos de Puerto Rico introduce retos específicos, en particular respecto a la producción de bienes, la adopción de estrategias para reducir la contaminación y la preservación de recursos naturales ante el excesivo consumismo.

Los impactos del cambio climático en Puerto Rico se manifiestan claramente en el agravamiento de las variaciones térmicas y en la mayor frecuencia de fenómenos climáticos extremos. Tales efectos no solo comprometen la diversidad biológica de la isla sino que también amenazan infraestructuras esenciales y la seguridad humana. El estudio realizado por Mondragon-Suarez, Sandoval-Villalbazo y Breña-Ramos en 2019 subraya la manera en que el calentamiento global causado por el hombre perjudica los ecosistemas terrestres, lo que demanda una seria reflexión sobre la responsabilidad humana ante este fenómeno y la urgencia de implementar medidas de mitigación eficaces.

Aunque pareciera imposible, la prosperidad económica de Puerto Rico se encuentra directamente comprometida por el calentamiento global, especialmente a través de la vulnerabilidad de su sector agrícola, un pilar fundamental para la economía local. La producción de cultivos, particularmente aquellos sensibles a las variaciones climáticas, se ve amenazada por los cambios en los patrones de lluvia y por temperaturas extremas. Es crucial adaptar las técnicas agrícolas a estas nuevas condiciones climáticas para garantizar la seguridad alimentaria y el bienestar económico de las comunidades rurales.
Definitivamente la producción y consumo desmedido de bienes en Puerto Rico contribuyen a la problemática del calentamiento global, exacerbando la generación de residuos y la demanda de recursos naturales. La pobre implementación de medidas de mitigación de la contaminación y la falta de una cultura de conservación ambiental agudizan la vulnerabilidad de la isla al cambio climático. Se destaca la importancia de fomentar un sentido de pertenencia y responsabilidad hacia la protección de los recursos naturales, contrarrestando así las tendencias de consumismo desenfrenado que prevalecen en la sociedad.

Frente a estos desafíos, es esencial que los ciudadanos de Puerto Rico adopten un rol activo en la mitigación del calentamiento global y la adaptación a sus efectos. Esto incluye desde la participación en iniciativas de reforestación y conservación de la biodiversidad, hasta la adopción de prácticas agrícolas sostenibles y la reducción del consumo de recursos naturales. La educación ambiental juega un papel crucial en la creación de conciencia sobre la importancia de estas acciones y en la promoción de un cambio hacia estilos de vida más sostenibles.

En entevista con MundoVeraz.tv, el Lcdo. Manuel Lugo Recart, abogado y ambientalista, presentó datos contundentes en los que planteó el sombrio panorama al que está destinada la humanidad.

“… entre varios factores, de continuar con el consumo y la producción como se está llevando acabo, no habrá nada más que hacer”.

Es por ello el sentido de urgencia que todos debemos tener para repensar el tema del reciclaje, como la única alternativa para abordar la contaminación por plásticos, enfatizando la necesidad de estrategias integrales que incluyan la reducción de la producción de plásticos.

Lugo Recart expuso además que “… hay profesionales los cuales han planteado la idea del decrecimiento económico, como estrategia para mitigar el daño que el calentamiento global sugiere, debido al imparable consumo y a la necesidad de energía que el mundo demanda”. Investigaciones en economía ecológica que abogan por un cambio hacia el decrecimiento preparadas por organizaciones estudiosas sobre la materia, han abordado la estructura de crecimiento económico global y su impacto en el cambio climático y la degradación ecológica, de una manera más creativa, destacando la necesidad de un cambio hacia políticas de decrecimiento. Según sus posturas, las economías de ingresos altos, junto con las corporaciones y clases acaudaladas, son identificadas como principales responsables del consumo insostenible de energía y materiales. Ante los desafíos actuales, incluyendo la pandemia de COVID-19 y la invasión de Rusia a Ucrania, el decrecimiento surge como una estrategia para reorientar la actividad económica hacia la satisfacción de necesidades humanas y el bienestar, permitiendo la decarbonización rápida y deteniendo la ruptura ecológica.

El decrecimiento económico como alternativa

El decrecimiento propone reducir la producción menos necesaria, mejorar los servicios públicos, introducir garantías de empleos verdes, reducir el tiempo de trabajo y habilitar el desarrollo sostenible. Informes del IPCC y del IPBES respaldan la consideración de políticas de decrecimiento para combatir el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. A pesar de los desafíos de investigación y la viabilidad política, el decrecimiento se presenta como un camino necesario para lograr objetivos sociales y ecológicos, diferenciándose de las recesiones, que son caóticas y desestabilizadoras. Es ahí donde radica la importancia de repensar el modelo de crecimiento económico global para enfrentar los desafíos del cambio climático y la degradación ecológica. Por lo que sugieren la urgencia para que los países puedan adoptar políticas de decrecimiento que prioricen el bienestar humano y la sostenibilidad ecológica por encima del crecimiento del PIB.

Tal parece que las secuelas que traen consigo las decisiones del propio ser humano ante el consumo y la producción desmedida, fueran extraidas de un libreto de una película apocalíptica, en donde el más fuerte es el que sobrevive, sin embargo, los datos así lo confirman. En un artículo publicado por Oxfam Internacional el 19 de noviembre, expone crudamente la desigualdad en la contribución al cambio climático y llama a una acción gubernamental que considere esta disparidad para lograr una política climática efectiva y justa. En este revela datos alarmantes sobre la desigualdad en la emisión de carbono a nivel mundial. Destaca que el 1% más rico del planeta es responsable de la misma cantidad de emisiones de carbono que el 66% más pobre, equivalente a cinco mil millones de personas. Esta disparidad es especialmente notable en Francia, donde el 1% más acaudalado emite la misma cantidad de carbono en un año que el 50% más pobre en diez años.

“1% más rico del planeta es responsable de la misma cantidad de emisiones de carbono que el 66% más pobre” – Oxfam International. (2023). “World’s richest 1% emit as much carbon as poorest 66%.”

El informe, denominado “Igualdad Climática: Un Planeta para el 99%”, basado en investigaciones del Stockholm Environment Institute (SEI) hasta el año 2019, fue publicado en la víspera de la cumbre COP28 en Dubai, resaltando la urgencia de abordar el cambio climático de manera equitativa. Los más ricos, que representan el 1% de la población global, fueron responsables del 16% de las emisiones globales derivadas de su consumo, una proporción idéntica a la del 66% más pobre.

El estudio subraya la necesidad de políticas climáticas progresivas que exijan mayores sacrificios a quienes más contaminan, proponiendo medidas como impuestos a los vuelos frecuentes o a inversiones no ecológicas. También pone de relieve que, aunque las emisiones personales de los super-ricos son significativas, las emisiones derivadas de sus inversiones en industrias contaminantes son aún mayores, con los multimillonarios invirtiendo doblemente en estas industrias en comparación con el promedio del índice Standard & Poor 500.

¿Es el reciclaje una opción sensata?

Agregando a este hecho, en un reciente informe del Center for Climate Integrity (CCI) , se acusa a los productores de plásticos de engañar al público sobre la viabilidad del reciclaje. Durante más de 30 años, a pesar de saber que el reciclaje no era una solución económica o técnica factible para la gestión de residuos plásticos, continuaron promoviéndolo. El informe, respaldado por documentos internos y previas investigaciones, reveló cómo la industria ha conocido, pero ocultado, los desafíos existenciales del reciclaje en sus campañas de mercadeo. Los productores de plástico, conscientes de estas limitaciones, optaron por la desechabilidad como estrategia de mercado desde los años 50, asegurando así una demanda creciente de sus productos. A pesar del conocimiento interno de que el reciclaje no era viable, la industria estableció fundaciones y campañas centradas en el compromiso con el reciclaje, incluso promoviendo el símbolo de “flechas persiguiéndose” como indicativo de reciclabilidad, a pesar de su significado potencialmente engañoso. El informe no solo cuestiona las prácticas pasadas sino que también señala la continuación del engaño a través de la promoción del llamado reciclaje químico, que, a pesar de ser presentado como una solución, enfrenta duras críticas por su ineficiencia y mayores requerimientos energéticos en comparación con el reciclaje tradicional. Por otro lado, sugiere además que ha habido una falta genuina de voluntad por parte de la industria, para encontrar soluciones reales al problema de los residuos plásticos, posiblemente infringiendo leyes de protección al consumidor y otras regulaciones.

Por otro lado, y más contundente aún, declaraciones de grupos industriales y defensores ambientales sobre el tratado global de plásticos y soluciones de reciclaje fueron presentadas en el más reciente artículo de Michael Copley, “Reduce, reuse, redirect outrage: How plastic makers used recycling as a fig leaf”, publicado por NPR.org el 15 de febrero de 2024, en donde se examina críticamente la promoción del reciclaje por parte de la industria del plástico como una solución viable para los residuos plásticos. Revela que, a pesar del conocimiento de la industria sobre las limitaciones económicas y prácticas del reciclaje, este fue abogado más por su valor de relaciones públicas que por su impacto ambiental. El informe del Centro para la Integridad Climática expone , cómo el impulso de la industria hacia el reciclaje sirvió para desviar la atención de las necesarias reducciones en la producción de plástico. La investigación de Copley subraya el conflicto entre los intereses de la industria en mantener la producción de plástico y la creciente demanda global de acción ambiental significativa. A medida que avanzan las negociaciones para un tratado global sobre plásticos, el artículo pide responsabilidad y soluciones genuinas a la crisis de la contaminación por plásticos.

Tal y como sugiere el análisis de Copley , no hay soluciones universales para problemas complejos. Esta idea es particularmente relevante para Puerto Rico, que enfrenta desafíos multifacéticos. Más allá de sus dificultades económicas y su vulnerabilidad derivada de importar el 85% de los productos que consume, el reto crítico de la isla radica en cómo abordará estos problemas mientras busca aumentar su Producto Interno Bruto (PIB). Este enfoque integral es esencial para superar tanto los obstáculos inmediatos como los estratégicos a largo plazo.

About Post Author

Eddie J. Ruiz

Eddie J. Ruiz Cordero, periodista empresarial y miembro activo del "Overseas Press Club of America", conocido por sus impactantes contribuciones al desarrollo empresarial y el cumplimiento corporativo en Puerto Rico. Destacado por su diversificada carrera que mezcla negocios y derecho, logrando importantes progresos en mercadeo estratégico y desarrollo de negocios internacionales, especialmente durante su extensa trayectoria en Hispania Group, Intl. desde 2006. Entre 2017 y 2018, Eddie enriqueció el panorama mediático como presentador de la sección "En Perspectiva" en Noticias WOLE 12, aportando análisis objetivos de la política de Estados Unidos de América. Su educación incluye títulos de la IE Business School en Madrid España, la Northwestern Pritzker Law School en Chicago, Illinois, Universidad Interamericana de Puerto Rico y la Facultad de Derecho Eugenio María de Hostos de PR. Como Profesor Adjunto y líder empresarial, Eddie ha fusionado su pasión por el periodismo con su experiencia en negocios, ejerciendo una influencia significativa en la academia y la industria.
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