Entre la Espada y la Pared: La Lucha de Puerto Rico Contra la Vulnerabilidad Alimentaria y la Necesidad de Autonomía
Cualquiera con dos dedos en la frente se daría cuenta de lo que está ocurriendo en el país. Escuche esto, en el siglo XIX, algunos científicos pretendían establecer una relación directa entre la forma y tamaño de la frente, y la inteligencia de la persona. Esto presuponía que la frente ancha era signo de una mayor lógica y sentido común, estableciendo la medida de dos dedos para el mínimo que una persona debía tener para considerársele “normal” en cuanto a la inteligencia se refería. Este hecho quizás sea cierto o no, sin embargo, todos conocemos que, en Puerto Rico, constantemente se realizan actos que denotan la carencia del más mínimo sentido común o inteligencia.
Bastante se ha discutido en Puerto Rico sobre la manera en que debemos atajar y mitigar el impacto de nuestra vulnerabilidad alimentaria. Recientemente vivimos en carne propia lo que un simple conflicto obrero patronal, puede causar a la economía de la isla. Todos los sectores en Puerto Rico presionaron el “botón del pánico” en un momento, en que por poco, nos quedamos sin suministros para la distribución.
Demás está decir que en Puerto Rico se importa más del 85% de la carga que consumimos. Esto de por sí, es un mensaje de alerta al gobierno para que se apresure y busque alternativas que mitiguen el impacto, ante problemas en la cadena de distribución de alimentos y suministros de emergencia en la isla.
Nosotros debemos estar conscientes de que, a pesar de la privilegiada posición geográfica que tenemos ante el mundo, al mismo tiempo, estamos susceptibles a embates atmosféricos que minan nuestra capacidad para enviar y recibir mercancía en caso de una catástrofe. No estamos hablando únicamente de las leyes de Cabotaje, nos referimos a nuestra propia capacidad para generar y distribuir nuestros propios alimentos.
La verdad es que Puerto Rico se encuentra entre la espada y la pared cuando hablamos de vulnerabilidad alimentaria. ¡Ah!, pero bueno, de esto se habla mucho; ¡oiga!, y se hace constantemente ¡eh!, sin embargo, poco se hace. Mientras esto ocurre, el pueblo observa cómo la distribución de sus suministros queda a merced de unos pocos con intereses homogéneos, dejando a la deriva, los anhelos de desarrollo y sustentabilidad de todo un pueblo.
Entonces, ¿qué nos corresponde? Soy del pensar que debemos abordar este tema con responsabilidad y aplomo. Nuestro país cuenta con cuatro puertos los cuales, tienen la capacidad de proveer la entrada y salida de barcos para los suministros que recibe y produce. Estamos hablando de los puertos que ubican en San Juan, Ceiba, Ponce y Mayagüez.
Tomemos a Mayagüez como ejemplo, ¿cuán competitivo pudiera ser este puerto y su viabilidad para convertirse en uno que sirva para aliviar la carga que entra y sale del país?
Estratégicamente hablando, tenemos que reconocer que la geografía de Puerto Rico lo hace ocupar una posición privilegiada, si no, pregúntele al Congreso de los Estados Unidos sobre cuáles fueron las razones primordiales por las que invadieron a nuestras tierras; su respuesta será en definitiva, su estratégica localización.
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