Aventura en Moto en las Ruinas de Aguadilla
Hoy decidí romper con la rutina. No era un día común, lo sentía desde que me levanté. Con el rugido de mi BMW F900GS bajo mis pies, supe que hoy me enfrentaría a algo más grande. Estaba listo para desafiar no solo el terreno, sino también a mí mismo. Mi destino: las ruinas de Aguadilla, en la base Ramey. Un lugar cargado de historia y, para mi sorpresa, de desafíos que no imaginé.
Desde que adquirí esta máquina, sabía que no era para paseos casuales. Con su modo de conducción Enduro Pro, esta moto está diseñada para enfrentar terrenos difíciles, justo lo que necesitaba. Y aunque algunos podrían llamarme loco por llevarla a un lugar lleno de barro y arena, estaba decidido a probar hasta dónde podía llegar. La aventura llamaba, y no podía ignorarla.
El camino fue todo lo que esperaba y más. Saltos, curvas y fango por doquier. En uno de esos saltos, me di cuenta de que algo faltaba: mi bulto. Dentro de él llevaba mi jacket de aventura, un par de guantes y mi fiel selfie stick de 9 pies. Algún afortunado encontró todo eso en el camino, pero para mí, la aventura no se trataba de lo que había perdido, sino de lo que aún me quedaba por vivir.
Llegar a las ruinas fue como llegar a otro mundo. Apenas puse las ruedas en la arena, sentí que la moto cedía, y yo junto a ella. Pero no me sorprendió. Sabía que estos terrenos no iban a ser fáciles de conquistar. Me levanté rápidamente, listo para continuar. Un joven en su moto Zhuma se acercó, preocupado. Me advirtió que este no era lugar para una moto como la mía. Le sonreí y le dije: “Champ, si estoy aquí es porque lo he decidido. Esta es mi aventura, y estoy dispuesto a asumir los riesgos”.
El joven, un tanto incrédulo, me ofreció guiarme, y acepté. Activé el modo Enduro Pro y me dispuse a continuar. Sabía que la clave era mantenerme de pie sobre los estribos y no bajar la velocidad. La moto y yo éramos una, moviéndonos a través del fango, charcos y arena. Perdí de vista al joven, pero no me importó. En ese momento, estaba completamente conectado con la máquina y el terreno.
Un grupo de pilotos en four tracks me observó desde los matorrales, probablemente preguntándose qué hacía alguien con una moto como la mía en un lugar tan inhóspito. Para mí, cada obstáculo superado era una victoria. Cada salto y cada rastro de barro que cubría mi moto eran parte de la experiencia que había estado buscando. Esto es lo que siempre quise: una aventura extrema.
Aunque perdí mi bulto, lo que realmente gané fue una experiencia inolvidable. Pero la aventura no solo se trató de superar los desafíos físicos. Durante el camino, una familia increíble se cruzó en mi vida. Me brindaron alimento, agua y, sobre todo, su apoyo. En ese momento, me di cuenta de que las aventuras no son solo sobre los lugares que visitas, sino sobre las personas que encuentras en el camino. Esta familia me mostró que, incluso en los momentos más difíciles, siempre hay alguien dispuesto a ayudarte.
En la Biblia, en Mateo 25:35, se lee: “Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recibisteis”. Estas palabras resonaron en mi mente mientras esta familia me acogía con tanta generosidad. Fue un recordatorio de que, sin importar a dónde vayas, siempre hay bondad esperando en los lugares más inesperados.
Hoy fue un día que nunca olvidaré. La conexión con mi moto, el terreno implacable, y la generosidad de extraños se entrelazaron para crear una de las aventuras más emocionantes que he vivido. Y aunque algunos podrían llamarme loco por llevar mi BMW F900GS a un lugar como este, sé que hice exactamente lo que debía hacer.
Esta aventura en las ruinas de Aguadilla es solo una de muchas más que vendrán. Mi moto y yo aún tenemos muchos caminos por recorrer, muchas historias por contar. Y aquí, en MundoVeraz.tv, las compartiré todas. Porque la vida está hecha de momentos como estos, de decisiones que te llevan más allá de lo ordinario, y de personas que te ayudan a ver lo extraordinario en lo cotidiano.
Así que, si estás buscando una historia de aventuras, de superación y de desafíos en los lugares más remotos y emocionantes de Puerto Rico, estoy decidido a crear una sección MundoVeraz.tv especialmente para estos temas. Aquí contaré no solo mis historias, sino también las de aquellos que se cruzan en mi camino, porque la vida no es solo lo que vivimos, sino con quién lo compartimos.
Nos vemos en la próxima aventura.
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