La elemental gobernanza de Puerto Rico ante la crisis de la AEE
Read Time:2 Minute, 31 Second
La problemática de la Autoridad de Energía Eléctrica en Puerto Rico y sus constantes vaivenes administrativos han calado tan hondo en la sociedad que se ha convertido en tema recurrente no solo entre las agencias administrativas, sino también en las corporaciones públicas del país.
Es inhumano, e incluso increíble, que en un país con el nivel de desarrollo de Puerto Rico, existan comunidades que han estado 80 días sin servicio eléctrico. A pesar del enorme esfuerzo que, sin duda, esta corporación pública ha invertido para restablecer la red eléctrica en la isla, sus decisiones y comunicaciones han evidenciado una notable ineficiencia en la gestión de la información proporcionada a la ciudadanía. A esto se suma el hecho de que, incluso antes del paso del huracán Irma, Puerto Rico ya contaba con una infraestructura eléctrica obsoleta.
Hay días en que parece que alcanzamos la meta de restablecimiento eléctrico, pero al siguiente, todo colapsa y volvemos a empezar desde cero. Un día la energía se distribuye de norte a sur y, al siguiente, el sistema del este al oeste falla. Hoy estamos en una situación complicada, y mañana, en una peor.
Esta suerte de gestión errática ha llevado a la población a cuestionarse la capacidad de nuestros líderes y políticos para manejar situaciones de crisis. La preparación ante estos eventos es crucial, y la diferencia radica en cómo se gestionan.
Es evidente que todos los puertorriqueños somos conscientes del devastador impacto del huracán María. Sin embargo, es imperativo buscar soluciones efectivas a nuestros problemas.
Parece que el Congreso de los Estados Unidos posee la capacidad de ofrecer ayuda inmediata frente a muchos de nuestros desafíos. No obstante, esta perspectiva introduce un elemento de discordia al considerar que el gobierno estadounidense ha sido un factor contribuyente a la crisis económica que atraviesa la isla, resultado de un prolongado ejercicio de poder colonial sobre Puerto Rico durante 119 años.
La percepción de que el gobernador de Puerto Rico, el Dr. Ricardo Rosselló, no está a la altura de sus responsabilidades es un reflejo del sentir de una población desesperada ante la aparente incapacidad gubernamental de gestionar eficientemente entidades tan cruciales como la Autoridad de Energía Eléctrica de PR (PREPA).
Esta situación, junto con decisiones gubernamentales cuestionables durante las últimas cinco décadas, ha sumido a la ciudadanía de Puerto Rico en un limbo jurídico que obstaculiza nuestro desarrollo social y económico.
Instamos al gobierno a reconocer sus limitaciones, admitir sus errores y encaminarse hacia su corrección. La población ya no es una marioneta manejable a voluntad gubernamental. Nos referimos a una sociedad que sufre profundamente la incapacidad del Estado para actuar adecuadamente. Aunque nadie estaba preparado para esta crisis, hay individuos y naciones que podrían haber ofrecido su apoyo. Sin embargo, el estatus colonial de Puerto Rico bajo Estados Unidos representa el mayor impedimento para nuestro desarrollo, vinculado directamente a la indefinición de nuestro estatus político.
De ahora en adelante, nos enfrentamos a dos opciones: trabajar por un país mejor o resignarnos a una gobernanza de gestiones micro-administrativas.
Happy
0 %
Sad
0 %
Excited
0 %
Sleepy
0 %
Angry
0 %
Surprise
0 %
0
0
Average Rating